jueves, 9 de marzo de 2017

Pasión por los finales de liga

El mundo se mueve por momentos repletos de corazón. Por la ejecución de actividades y sentimientos que dan forma a nuestra personalidad. El deporte, y en este caso específico el fútbol, se arraiga por la pasión de una hinchada, unos seguidores ávidos de sensaciones con unos colores, con un escudo, con un club. Unos más que otros se miden por extremos (la derrota y la victoria) se escenifica en éxito o fracaso. Craso error.

Creo que existe un punto intermedio en la valoración posterior de lo sucedido. Debemos ser consecuentes con nuestras ideas, con la visión amplia de lo que nos rodea. Eso sí, las manifestaciones vehementes y exageradas suelen tener consecuencias negativas y de autodestrucción.

Desde mi punto de mi vista, el aliento, el apoyo, el seguimiento, la creencia en una entidad debe estar en un grado sublime. En los momentos difíciles, angustiosos, donde los resultados no son los deseados, se debe acrecentar ese amor pasional. Animar en circunstancias de bonanza es loable. Reaccionar positivamente al desánimo es admirable, necesario y superlativo.

La recta decisiva de la competición está aquí. No perdamos nuestra capacidad de decisión y que no nos nuble (o ilumine) una situación clasificatoria temporal. El análisis, la valoración, la información deben estar presentes. La historia rojiblanca horizontal se sigue escribiendo con pluma de oro. Cada uno podemos hacer nuestra aportación.

La pasión por los finales ligueros ya está aquí. Disfrutemos.


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